Temperatura confort para tu aire acondicionado

Temperatura de confort según el RITE

El INSHT no es el único organismo que ha establecido una temperatura recomendada para cada puesto de trabajo. En el ámbito legislativo, el Real Decreto 107/2007aprobó que los valores manejados por el RITE(Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios) eran los que estaban de acuerdo con la ley de prevención de riesgos laborales (Ley 31/1995 PRL).

  • La temperatura operativa recomendada según el RITE es:
    • En verano: entre 23 ºC y 25 ºC (frente a 23 ºC y 27 ºC según el INSHT).
    • En invierno: entre 21 ºC y 23 ºC (frente 17 ºC y 24 ºC según el INSHT).
  • La humedad relativa marcada está entre el 45-60 % en verano y entre el 40-50% en invierno.
  • La velocidad del aire debe ser menor a 0,2 metros por segundo.

Como conclusión, el INSHT marca las buenas prácticas en cuanto a la temperatura en la oficina, mientras que el RITE está avalado por la ley de prevención de riesgos laborales. Pese a que los valores marcados son diferentes, conviene mantenerse en el umbral aceptado por ambos organismos.

Síndrome del edificio enfermo

Se conoce como síndrome del edificio enfermo a un conjunto de sintomatologías y enfermedades originadas o estimuladas por la contaminación del aire en los espacios cerrados, pero que también se puede ver agravado por las condiciones de estrés propias del trabajo, el uso de materiales sintéticos o la electricidad estática.

El aire acondicionado no soluciona este fenómeno si no tiene las debidas características que provean de un ambiente puro y sin contaminación. Para lo anterior se necesitaría contar con un sistema de inyección de aire externa junto con filtros purificadores de gases y de partículas, incluso con las recientes necesidades de purificación ambiental debido a virus, se necesitaría también de un filtro o sistema esterilizador.

La ventilación es clave

Según las últimas investigaciones, las características de los sistemas de ventilación en los edificios son la causa de alguno de los síntomas que padecen las personas con el síndrome del edificio enfermo. En aquellos edificios en los que las ventanas se pueden abrir y que están naturalmente ventilados, donde la presión del viento exterior hace que el aire circule, es menor la incidencia de estos síntomas.

Por el contrario, aquellos con ventanas herméticas en los que el aire que se introduce al edificio lo hace a través de un dispositivo centralizado y que luego lo distribuye por conductos que desembocan en las distintas áreas, potencian un mayor grado de recirculación de aire. Este aire, que en ocasiones circula sin renovarse una y otra vez, acumula microorganismos, se contamina con óxido depositado en las áreas de distribución, gases químicos, bacterias, humos, polvo, moho, hongos, insectos y escombros del interior de las paredes.

Pero no todos los edificios con aire acondicionado tienen problemas. El fracaso en estos ejemplos está motivado por un sistema que no ha sido adecuadamente instalado, por un modelo que fue alterado para adecuarse al diseño del edificio, por cambios producidos al ocuparlo donde a veces las entradas y salidas de aire se cubren con techos falsos, por la distribución de mayor cantidad de personas en sitios no adecuados, o por la ubicación del mobiliario en zonas donde no debería estar según la ergonomía de diseño.